Capítulo
2
(*Narra
Paola*)
Por fin se habían
acabado las clases y podía decirlas adiós hasta dentro de unos largos meses. Me
despedí de todas las personas que conocía, en especial de Bea y Mar.
Mientras
iba de camino a casa, saqué mi blackberry como de costumbre y puse una de mis
canciones preferidas; my life would suck without you, de Kelly Clarckson.
Iba desprevenida
tarareando la canción cuando ví a unos niños corriendo que me llevaron a
recordar los mejores momentos de mi infancia. Cuando lo único que te importaba
era pasártelo bien con tus amigos y amigas.
Llegué a casa, abrí
la puerta, y ví a mis padres y a mi hermana en el salón viendo la tele:
- Cariño, te hemos dejado
la comida preparada. La tienes en la mesa – dijo mi padre cogiendo el mando de
la estantería.
- Vale, gracias –
contesté terminando de quitarme la mochila.
- En cuanto
termines nos vamos a casa de los abuelos.
Asentí con la
cabeza dirigiéndome a la cocina. Preparé la mesa y me puse a comer. Tortilla de
patata, mi plato preferido.
En cuanto terminé,
subí las escaleras y me cambié de ropa; me puse unos pantalones cortos
vaqueros, una camiseta de tirantes con rayas blancas y rojas y mis converse
rojas. Después cogí lo indispensable: el móvil, los cascos y mi guitarra, siempre la llevo conmigo.
Bajé las escaleras
y ví que mis padres y Alicia ya estaban fuera de casa. Cogí las llaves y cerré
la puerta.
-¡Eres una tardona!
– gritó mi hermana cruzándose de brazos.
-¡Si apenas he
tardado diez minutos! Anda, métete en el coche y siéntate enana – dije
revolviéndola el pelo y dándole la mínima importancia a lo que me había dicho.
Seguidamente entré
en el coche y durante el viaje le dije a mi padre que encendiera la radio. El
sabía perfectamente cual era la cadena que quería. Una de música extranjera. No
sabía como se llamaba, pero no solía estar nada mal.
Salieron varias
canciones; algunas de artistas conocidos y otras que solo conocían las personas
de la época mis padres, hasta que los locutores empezaron a hablar en inglés y
la música se detuvo:
‘’El grupo de cinco
adolescentes One Direction, formado por Liam Payne, Niall Horan, Louis
Tomlinson, Zayn Malik y Harry Styles han dejado apartado por un tiempo el
trabajo y han decidido pasar unos meses de vacaciones en algún sitio desconocido
que nadie sabe.
Y ahora, les
dejamos con la canción que ha hecho más famosos a estos chicos. What makes you
beautiful ‘’.
Fui la única de los
cuatro que logró entender lo que decían.
Empezó a sonar la
música y con ella las voces de esos chicos. La verdad, cantaban muy bien.
Bastante bien.
La canción me
encantó, a si que rápidamente me la descargué en el móvil. Durante el trayecto
me dormí y el camino se me hizo corto.
-Paola, Alicia,
despertad que ya hemos llegado.
Fui abriendo los
ojos poco a poco y me estiré como pude.
Salí del coche
respirando aire de verdad, de campo. Donde conseguía olvidarme de todo y hacer
como si empezara una nueva vida.
Mi pueblo era
perfecto.
Estuvimos con mis
abuelos hablando de todo un poco; que tal el instituto, las notas, los amigos,
si me había salido algún noviete por ahí… la típica historia de siempre.
Después de aquella
larga charla familiar, fui a dar una vuelta por un bosque que estaba a pocos
minutos de la parcela donde me encontraba.
No lo puedo evitar
y me puse los cascos para escuchar otra de las canciones de esos chicos; One
thing.
Sus voces eran
totalmente increíbles.
Al llegar a ese
terreno lleno de árboles me los quité, y cuando me adentré más empecé a
escuchar unas voces que me resultaban familiares. No quería que me viese nadie,
a si que me escondí detrás de un árbol y me fui asomando poco a poco.
No podía ser. Eran
ellos. One Direction.
El chico rubio de
ojos azules estaba sentado mientras tocaba la guitarra, y los demás estaban
cantando de pie. No pude evitarlo y mi vista se dirigió al chico que iba con
una americana preciosa y que estaba de espaldas. Cuando se giró mis ojos se
abrieron como platos, ya que no daban crédito a lo que veían. Era él. El chico
que ví cuando estaba en la calle con Bea y Mar, el que no paraba de mirarme y
sonreírme.
Cada vez estaba vas
perpleja, y para rematarlo, se fue acercando una avispa hacia mí, lo que hizo
que no parara de mover las manos y me dí un golpe contra el árbol. Las tengo
una gran fobia.
Intenté
tranquilizarme y me volví a asomar. Como era lógico, ellos se dieron cuenta de que
un fuerte ruido había sonado, a si que eché a correr, no demasiado rápido para
que no se dieran cuenta de que alguien había estado allí.
Llegué a otra parte
del bosque que no estaba muy alejada de donde venía.
No voy a mentir, tenía gran curiosidad por conocerles, y se me vino una idea a la mente en el momento más
oportuno; me senté en un tronco que estaba medio cortado y sin pensarlo dos
veces, saqué mi guitarra de la funda y empecé a tocarla, para que poco tiempo
después acompañara a la melodía con mi voz.
Me dejé llevar por
la emoción y canté como nunca antes lo había hecho, y me olvidé completamente
de quién me estuviese observando o escuchando. En esos momentos todo me daba
igual. Éramos la música y yo, solo dos.
Cuando terminé de
tocar, repentinamente salió una lágrima de mi ojo, una lágrima de felicidad:
- No puede ser.
Mierda, he perdido el móvil. Me van a matar.
Me puse a buscarlo
como una loca por mis alrededores, pero nada. Mi blackberry no daba señales de
vida por ningún sitio. Desde ese momento, supe que la felicidad iba a
desaparecer de un momento a otro.
- Guau, con que
resulta que la chica de la cara bonita también tiene una bonita voz -.
Lo único que pude
hacer en ese momento fue girarme para reconocer aquel chico que me había
hablado, el que se suponía que tenía mi móvil y me había escuchado cantar.
Era él, otra vez.
Aquel chico de la
calle, el de la americana preciosa, el de los rizos que todas querríamos tocar,
el de lo ojos de color raro, pero un raro que me encantaba, el de la sonrisa
que estaba caracterizada por esos preciosos hoyuelos.
Me perdí
completamente en su mirada, y una enorme expresión de alegría salió de mi cara.
Otra de mis mejores sonrisas.
me encanta :)
ResponderEliminarGenial! :D
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